Talía tus manos chiquitas y gigantes, como tu cuerpo, como tu ves.
Hubo un huracán en tu vida y el viento nunca se termina de ir.
Yo también vivo entre huracanes pero tus manos gigantes me salvan, me aprietan y chorrean de mi todo el amor del mundo
Cuando las cosas se ponen difíciles yo siento un cosquilleo irrefrenable en mi, entonces el mundo y la vida se vuelven un fastidio pero si tus manos pequeñas y gigantes me rodean todo se pone bien y salgo a matar fantasmas sin miedo.
Talía: sin vos no quiero ni puedo vivir.
Las luces bajas, un poco de frío, lejos pero cerca, un río furioso y encantador. También quiero una tormenta para sentirme refugiado en tus brazos.
8/9/96 Felipe Agustín Guntern
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